Esta pintada estaba esta mañana muy cerca del juzgado de malos tratos a la mujer en mi ciudad.
Es un bofetón visual, pero uno de tantos que estás acostumbrada a ver, y no solo por el hecho de que aluda a las feministas, que por cierto lo soy.
Desde las vallas te miran chicas enseñando piernas y medias, con copas en la mano ó al lado de botellas
Esas irreales retocadas en nada se parecen a nosotras, no.
Las que bolso en ristre salimos a ganarnos la vida ó las que se la están ganando en casa, batallando además muchas veces con otras preocupaciones que afectan a nuestros seres queridos.
Sus enfermedades y problemas, porque socialmente no se les dá solución, por ejemplo.
Pero quieren hacernos creer, al menos una parte de la especie humana de sexo masculino, y por supuesto, no todos, que es parte de nuestro papel :
Estar guapísimas y decorativamente correctas.
Y no contentos con eso, convierten a la mitad del género humano en servidoras de sus necesidades con limitadas posibilidades mentales,sin acceso a jerarquías pensantes, que eso está muy feo,caramba.
Mejor ser buenas creyentes, mujeres al servicio de la causa que sea.
Pero sin opciones a tener opinión sobre cosas trascendentales y sin ninguna posición de poder, excepto para formar a otr@s en la misma tarea y pensamiento.
Dados nuestros supuestos instintos maternales, cosa de la que carezco por ejemplo, se endosa también de paso el cuidado de enfermos, ancianos, niños, en fin, todo lo que suponga un trabajo agotador y sucio.
Por si es poco, en su papel de conservadora de la especie, tiene que desear ser madre, y serlo.
Engrosar las filas del sistema.
En nuestra civilización occidental, concretamente en España, donde hemos avanzado en esos planteamientos y las mujeres vamos ocupando puestos antes reservados a los hombres, seguimos inmers@s en una esquizofrenia social con nosotras.
Somos por desgracia protagonistas de casos como estos, bastante habituales en las noticias
sin que se encuentre todavía solución definitiva en la comunidad.
Como tampoco se le encuentra a los vacíos de las necesidades sociales que antes eran cubiertas por la mujer.
Entonces, cuando ví el cartel me pregunté:
¿ Puede alguien considerar precisamente nazi a quienes defendemos nuestro derecho a vivir como nos dé la gana en paz, a quienes exigimos el respeto que nos corresponde como parte de la humanidad, y estamos en contra de morir por ello ?
y agradeciéndoselo a ella,podemos votar. La gran olvidada.
CLARA CAMPOAMOR
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