viernes, 2 de septiembre de 2011

la playa y los membrillos

Siempre me había parecido la cosa más natural del mundo ir a la playa llevando un membrillo.
Desde que tengo recuerdos, en verano aparecían los membrillos en las casas y en las tiendas de comestibles.
Muchos de ellos conservando aún la pelusilla protectora color arena que los cubre.

Cuando se la vas quitando,  empieza  a verse el oro de la piel de la fruta, y empieza a llegar ese olor tan agradable suavemente.
Incluso pensaba que era una costumbre que existía por todo el archipiélago...
El otro día, hablando con amigos de las otras islas, fué cuando me dí cuenta de que no. No es así.
Mientras contábamos las vacaciones que habíamos vivido de  niños, Marisol, que es de aquí, recordó los membrillos en la playa.
Todos los de esta isla, Gran Canaria, lo comentamos como lo más normal,y al ver la cara de extrañeza que iban poniendo los demás,hubo que explicar en que consistía la costumbre.
El membrillo se tira al mar primero.
Luego, hace lo mismo la dueña ó dueño del membrillo, aunque también puede ser un membrillo comunitario a veces, con lo cual nos podíamos tirar varios a buscarlo.
Y una vez en el agua, mojados todos, ¡ a jugar y a morder !
Volvimos a sentir el crujido de la fruta en la boca.
Volvimos a tener el sabor del zumo del membrillo mezclado con agua salada, que le quita la aspereza y lo hace dulce y refrescante....
¡Ummmmm....!




              Te recomiendo que lo pruebes alguna vez.





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