yo sé cuando me enamoré de ellos, de mis Riscos.
en algun momento, mientras conocía por primera vez lo que había pintado Jorge Oramas.
no me acuerdo siquiera de quien me enseñó sus pinturas, ni donde las ví.
pero fué cuando me dí cuenta de que mi ciudad tenía ese arco iris poderoso detrás, que la abraza y la embellece.
que cuando aún ni siquiera se había definido la "arquitectura ecológica ", mi gente ya sabía aprovechar lo que le había proporcionado la naturaleza.
sobre Jorge Oramas y su forma de entender el arte y la vida, he encontrado esta estupenda conferencia de Santiago Gil, precisamente pronunciada en el sitio desde donde miraba el artista:
el Hospital de San Martín. recuperado y transformado en centro cultural.
para que lo conozcas, este es el actual estado del antigüo hospital
haz click : la improvisación de la belleza
es maravillosa la frase del pintor con la que termina:
“Acabo de finalizar un nuevo cuadro. Llevaba varios meses soñándolo. Unas palmeras y unas casas luminosas. De alguna manera sé que quedaré a salvo en esta imagen para siempre. Cuando escribí mi nombre sabía que estaba dejando mi alma en cada uno de sus trazos. “
pues, nada, empezamos el recorrido.
- a subir al Risco de San Nicolás.
las escaleras en los Riscos son inevitables.
solo hace unos pocos años que se han planteado desde el ayuntamiento facilitar el acceso a este mediante una escalera mecánica.
instalada en una de las ya existentes. pienso que se podrían hacer aún mucho más asequibles, bonitos y cómodos para sus habitantes y visitantes.
es más. pienso que lamentablemente, se hizo esa Avenida Marítima creandonos un cinturón que nos aisla del mar, cuando lo teníamos casi a la puerta de casa...
la ciudad hubiera sido a lo mejor más imaginativa creciendo precisamente tras los riscos.
instalada en una de las ya existentes. pienso que se podrían hacer aún mucho más asequibles, bonitos y cómodos para sus habitantes y visitantes.
es más. pienso que lamentablemente, se hizo esa Avenida Marítima creandonos un cinturón que nos aisla del mar, cuando lo teníamos casi a la puerta de casa...
la ciudad hubiera sido a lo mejor más imaginativa creciendo precisamente tras los riscos.
pero por supuesto, para moverte dentro de él hay un sinfín de callejones escalonados como este
donde puedes perderte tranquilamente, viendo atardecer, admirar el color y la vida, la imaginación para aprovechar cualquier rincón...
y luego, salir por la plaza que él vió tantas veces.
es evidente el paso del tiempo.
es evidente el paso del tiempo.
y donde conviven detalles de la antigüa ciudad con los de los tiempos más actuales, de una forma sugerente si quieres verle la gracia :
para bajar de nuevo por el otro lado, el del barranco Guiniguada, ahora han hecho este parque.
no exístía en la época del pintor.
lleno también de color, sustituye a lo que él veía como fincas de plataneras, poco a poco engullidas por la ciudad.
por hoy terminaré aquí este paseo.
espero que hayan disfrutado como yo.
seguiremos recorriendo juntos estos rincones, brillantes y acogedores, pero secularmente olvidados por mi propia ciudad.
quedan muchos. y me gustaría poder compartirlos con tod@s ustedes.
esto justifica que no aparezca tan a menudo por el blog.
estoy recorriendo sitios olvidados, sitios habituales y nuevos sitios, haciendo fotografías.
creo que así puedo contarles mejor lo que quiero.
ya es de noche, así que l@s dejo desde mi isla.
sin duda hermosos riscos y bellísimas fotos.
ResponderEliminarQue bueno hacer turismo por esos lares.
Salud
hola ! como estás ? ya sabes que cuando quieras, me encantaría acompañarte recorriendo mi ciudad y mi isla.
ResponderEliminarlos Riscos son increibles.
me alegro que te gusten mis fotos. es una vieja afición que he retomado hace poco.
me ayuda un montón a expresarme más, y me divirtiendo mucho también.
un abrazo.