Club La Provincia 02 / 17 mayo 2011
Las Palmas de Gran Canaria
No conocía la obra de esta pintora. Luego me he enterado que no ha parado de hacer cosas desde 1990, pero reconozco mi ignorancia.
Habíamos salido a caminar como muchas tardes mi hermana y yo, y empezó a llover.
Vimos abierta la entrada lateral de la sala de exposiciones, y sobre una mesita, el programa.
Nos llamó la atención su portada y después de hojearlo, entramos.
Empecé a ver aquellas obras. Me resultaban de alguna forma familiares en su estilo indigenista, pero a la vez diferentes.
Ese estilo, que debemos a la existencia de la (click aquí) Escuela Luján Pérez ha sido, junto con otros de vanguardia del siglo XX, de gran importancia y seguimiento en las islas, dando artistas como Jesús Arencibia, Felo Monzón, Oramas y todos los que puedes ver siguiendo el enlace. Una delicia para la vista.
Son capaces de conseguir una gran luminosidad en sus obras.
En el caso de la pintura de Mª Luisa, además de esa luz especial consiguió llevarme, con sus mujeres entrañables, al mundo de mi niñez y de mi juventud en medio de paisajes de sueños.
Así, de repente me encontré con una especie de sublimación de mi tía Panchita con sus rulos en la cabeza, probablemente despertando para salir con ellos puestos camino del mercado.
Era madrugadora, y muchos días nos encontrábamos cuando yo iba a trabajar y ella volvía ya con su carrito lleno.
¡La vergüenza que me daba que fuera así, en aquel tiempo que era más intransigente!
Sin embargo, esta imagen,con la cara perdida en esa ensoñación, consiguió remover mis recuerdos envueltos en ternura.
Recordé la cantidad de veces que he visto a amigas, familia, incluso yo misma, con nuestras cabezas llenas de esos artilugios, que siempre para mí fueron una tortura.
Otra obra suya que me gusta mucho.
Además de divertida y cálida, ese paisaje casi irreal a su espalda pudiera ser a la vez nuestros eternos Riscos, vistos de tantas formas como ojos de artistas, tan emblemáticos de la ciudad y tan olvidados y abandonados a pesar de todo en los proyectos municipales.
Habíamos salido a caminar como muchas tardes mi hermana y yo, y empezó a llover.
Vimos abierta la entrada lateral de la sala de exposiciones, y sobre una mesita, el programa.
Nos llamó la atención su portada y después de hojearlo, entramos.
Empecé a ver aquellas obras. Me resultaban de alguna forma familiares en su estilo indigenista, pero a la vez diferentes.
Ese estilo, que debemos a la existencia de la (click aquí) Escuela Luján Pérez ha sido, junto con otros de vanguardia del siglo XX, de gran importancia y seguimiento en las islas, dando artistas como Jesús Arencibia, Felo Monzón, Oramas y todos los que puedes ver siguiendo el enlace. Una delicia para la vista.
Son capaces de conseguir una gran luminosidad en sus obras.
En el caso de la pintura de Mª Luisa, además de esa luz especial consiguió llevarme, con sus mujeres entrañables, al mundo de mi niñez y de mi juventud en medio de paisajes de sueños.
Así, de repente me encontré con una especie de sublimación de mi tía Panchita con sus rulos en la cabeza, probablemente despertando para salir con ellos puestos camino del mercado.
Era madrugadora, y muchos días nos encontrábamos cuando yo iba a trabajar y ella volvía ya con su carrito lleno.
¡La vergüenza que me daba que fuera así, en aquel tiempo que era más intransigente!
Sin embargo, esta imagen,con la cara perdida en esa ensoñación, consiguió remover mis recuerdos envueltos en ternura.
Recordé la cantidad de veces que he visto a amigas, familia, incluso yo misma, con nuestras cabezas llenas de esos artilugios, que siempre para mí fueron una tortura.
Otra obra suya que me gusta mucho.
Además de divertida y cálida, ese paisaje casi irreal a su espalda pudiera ser a la vez nuestros eternos Riscos, vistos de tantas formas como ojos de artistas, tan emblemáticos de la ciudad y tan olvidados y abandonados a pesar de todo en los proyectos municipales.
Esta mujer de cuerpo poderoso y mirada perdida, la imagino pensando en una tarde de calor con los pies en el fresco suelo, después de un día agotador.
Me trasmite una gran fuerza, a la vez que serenidad.
Y también me gustaron las que ya duermen.
Para mí ha sido un placer inesperado y maravilloso poder ver estos cuadros.
las imágenes han sido sacadas del programa editado por El Club La Provincia para la exposición, como homenaje a su autora
ZANELE MUHOLI
fragmentos de una nueva historia
Casa Africa
Las Palmas de Gran Canaria
19 octubre 2011 - 20 enero 2012
Tampoco conocía a esta fotógrafa, pero esta vez lo que me animó a ver la exposición fueron los comentarios de una amiga.
Su dura y sorprendente obra nos muestra un mundo del que nunca había visto ninguna representación visual, y del que se ha convertido en un símbolo.
Un juego con la luz y su sombra, para lograr hacer aparecer ante nuestros ojos el mundo de la comunidad negra de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero é intersexuales, practicamente invisible y desconocido.
Claridad luminosa sobre alegrías y sufrimientos de personas en un mundo hostil.
Y para disfrutar más su obra
Acabo de crear dos blogs. En uno de ellos se cuenta una historia y se llama "Las Tierras de Emeheise: Nadue" mientras que el otro es una enciclopedia del primero y se llama "Las Tierras de Emeheise". Visiten, lean y comenten por favor... :)
ResponderEliminarLas Tierras de Emeheise: Nadue - http://ltenadue.blogspot.com/
Las Tierras de Emeheise (Enciclopedia) - http://emeheise.blogspot.com/
Me gustan estos cuadros...No conocia el autor.
ResponderEliminarBesos.
Mar
Muy linda tu entrada... realmente un placer apreciar la temática femenina en su esplendor. Gracias por compartir.
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